Dóciles

La escena era distinta a la habitual, ambos se encontraban viendo la caja tonta más conocida como televisión en el mayor de los silencios, sepulcral. Cada uno en lo más profundo de su némesis se encontraba desmigando aquel film hasta que terminó.

-¿Y si realmente fuésemos los actores de esta tragicomedia a la que llaman vida?

-La humanidad es la bestia más vil y mezquina que conozco, enmascara sus crímenes con grandilocuencia sentenciando miles de vidas por mantener buena cara a la galería…Pero no quiero detenerme en el concepto de humanidad sino al hecho de que creemos ser libres cuando somos esclavos por definición de nuestra condición. A fin de cuentas… ¿Uno no puede hacer lo que quiere? ¿Realmente es lo que quieres?

-Entiendo…Dígamos que se aceptan los abrazos y los besos como algo bueno porque no suponen daño teórico para nadie en cambio la violencia al provocar dolor, es decir un estímulo doloroso, se penaliza y castiga. Somos tan bondadosos que buscamos lo mejor para el prójimo, ¿no?

– Eliminando la ironía de tus palabras sí, de manera utópica la sociedad busca lo mejor para sí misma y eso supone pensar en la individualidad de cada uno, a evitar el dolor. Pese a que impulsada por el principio de acción-reacción por cada buena obra, existe una contraposición…

– Digamos que la sociedad funciona como un mecanismo de defensa para evitar, perseguir y castigar este tipo de acciones. Puesto que la constituimos todos y por eso nos cuida, ¿no?

-Efectivamente.

-Pues a la sociedad se le da de pena cumplir su labor… 

-Sí, no es que esté muy puesta en la materia pero mientras sigamos cediendo al poder, a la corrupción individual, al individualismo puro y a la vana creencia de que «con salvarme yo a los demás que les den» siempre habrá desequilibrio pues se impondrá el poder… Sucede con los más desfavorecidos o aquellos que no siguen la norma e incluso con la figura del hombre y la mujer. El concepto puro de sociedad se fundó con unos ideales… Otra cosa es que los que formamos parte de ella no luchemos por ella y nos dejemos aplacar por el poder de la ignorancia y el miedo.

-¿Es entonces el ser humano cobarde por definición?

-Afirmar eso es como decir que a todas las mujeres les gusta el rosa y a todos los hombres les gusta el azul. El ser humano es lo que quiere ser y lo que se deja ser.

-¿Miedo a la libertad?

-Totalmente, miedo a ser como son. Miedo a las consecuencias, a la repercusión y a lo que me quedaba por ver los no likes del cara libro o comentarios de gente que no sabe que hacer con su tiempo libre, negativos…

-Somos la generación de la apariencia donde la esencia no importa tanto como la presencia.

-Sois marionetas y os da igual mientras sigáis teniendo wi-fi o instagram

-Touché.

-Cuando queráis reaccionar cuando os deis cuenta que estáis tan preocupados por vivir que os olvidáis de hacerlo, el tiempo pasará y no lo recuperaréis. Por más selfies que os hagáis las fotografías no son una máquina de retroceso celular… Estaréis mayores para todo lo que os habéis perdido…Y ahí es cuando poco podrá hacer la sociedad, esa que le distéis tanto de vuestra intimidad, de vuestra vida por vosotros.

-Quizás es nuestra forma de escondernos de la realidad, de evadirla, de no asumir consecuencias porque nos han enseñado a ello.

-Si y eso que a nadie les gusta los groseros pero se os está enseñando a serlo. ¿Porqué crees?

-Para ser marionetas.

-Sí dóciles marionetas…

La conversación se corta del golpe pues en la habitación ha entrado la madre de Ella, instándole a apagar la tele y diciéndole que deje a un lado su mundo particular que esto es la vida real y así no va a ir a ningún lado. Debe salir de casa y estar con sus amigos… A fin de cuentas ser normal y mientras Ella acata más por comodidad que por ganas de salir furfurlla por lo bajini… ¿A qué precio? Dejar de ser yo misma para complacer a los demás, tsk.